Por Macarena Larredonda para GoAut App

 

El próximo 13 de septiembre será el acto de fiestas patrias en el colegio de mi hija.
Para la mayoría de los padres es un momento lleno de emoción y para los niños, un
acontecimiento que disfrutan y preparan con mucha anticipación. Desafortunadamente, para nuestra hija los actos escolares son otra historia. Emilia está dentro del espectro del autismo y por su condición, tenemos que prever varios aspectos, desde que se planifica el acto hasta el día del baile. Esta será su cuarta presentación desde que está en el colegio y cada año, su participación es una incertidumbre, no sólo para ella, sino que para sus profesores y familia. 

 

Sin embargo, ya son 4 años de experiencia con lo cual ya los actos escolares empiezan a ser más llevaderos. Como cualquier familia TEA, también nosotros hemos ido desarrollando nuestras propias estrategia para lograr disfrutar junto a nuestra hija de estas actividades, pero creo que  para garantizar el acceso y participación de los chicos TEA en eventos tan estimulantes y caóticos para ellos, es fundamental el compromiso de todos, teniendo en   

cuenta los principales desafíos a los que deben hacer frente. Por ejemplo:

1. No dejar nada al azar. Resulta fundamental anticipar las
actividades que se van a realizar, ojalá con un calendario visual que le
permita al alumno conocer el espacio y los tiempos en los que se desarrollará
el acto. Es decir, no dejar nada al azar. Por ejemplo, si las empanadas se van
a vender después del acto, no alterar el orden de los acontecimientos y evitar
cambios repentinos de ubicación.

2. Tomar en cuenta los aspectos de sensibilidad sensorial intrínsecos a la condición. El colegio debe garantizar al alumno ajustes razonables para que éste pueda participar en el acto escolar. Controlar, por ejemplo, el volumen del sonido u ofrecerle la alternativa de colocarse audífonos o algo que lo ayude a bloquear el sonido pueden ser de gran ayuda. En cuanto al traje típico, algunos de nuestros chicos, no toleran ciertas texturas y se niegan a usarlos, no porque no les guste, sino que porque su cuerpo las rechaza. Por ello en vez de obligarlos a utilizar el traje típico, busquemos una alternativa de indumentaria que le acomode a todos y de esa manera es mas factible que nuestros niños TEA estén dispuestos a participar en la actividad. 

3. Respetar sus deseos de participar. Jamás obligar a un niño o niña TEA a que participe en un acto escolar si no quiere hacerlo. Si decide participar, hay que asegurarse de brindar todos los apoyos y ajustes para facilitar el acceso. Ocurre lo mismo con la antesala a la presentación, puede pasar que el chico o chica haya ensayado sin dificultades, pero al momento de subir al escenario, se arrepienta. Si esto sucede, hay que contener al niño dándole refuerzos positivos sobre su intención a participar.  Si no quizo hacerlo es porque probablemente era demasiada presión para él, pero si se siente seguro y no criticado, posiblemente para el próximo evento estará mas abierto a participar. Muchos colegios e incluso padres, los obligan a bailar o bien, los marginan per se (es decir, los excluyen). Hay maneras de lograr que nuestros niños se integren a la actividad y la disfruten, pero respetando su propio ritmo dándole tiempo a ellos para entender de qué se trata la actividad y que se esta esperando de ellos. 

4. En cuanto a la anticipación, esta es fundamental en todo ámbito de la vida de
nuestros hijos. Y en este caso puntual, requiere de un trabajo conjunto entre
las familias y el colegio. En casa, podemos contarles que el día del acto será
un día especial, que usarán vestimenta diferente, que irá la familia a verlos y
que venderán cosas para comer. En cuanto a los profesores o equipos de
apoyo: es de gran ayuda elaborar un programa del acto, donde ubiquen, en el
comienzo de éste, a aquellos alumnos que tienden a desregularse más
fácilmente. Asimismo, asignar un encargado escolar, o pedir a un miembro de
la familia que acompañe al niño hasta el momento de subir al escenario. En
el caso de que algún niño se descompense, garantizar que tenga la
contención necesaria, sin alterar lo planificado para el resto de los alumnos.
Idealmente, tener a disposición una sala “tranquila” para que esos niños
puedan regularse y seguir, luego, participando de la actividad sin tener que
abandonar el establecimiento.

Independiente de si nuestros hijos logran aprender el baile o suban al escenario, lo
importante son las estrategias de anticipación que se acuerden entre todos, las que
son esenciales para dar seguridad a alumnos como mi hija y tantos otros que
convivimos con la diversidad. 

El equipo Go Aut les desea unas felices fiestas patrias.