Por Heidi Yañez para GoAut App

Cuando yo era pequeña, en Venezuela, no se celebraba Halloween. Obviamente algo sabíamos de la celebración por el cine pero en verdad era una fiesta que jamás me importó mucho… Aunque no niego que probablemente en alguna ocasión habré fantaseado con salir disfrazada a jugar “dulce o truco”. Actualmente vivo en chile en donde hace ya unos cuantos años ya se ha ido propagando la moda y debo admitir que siendo madre ha sido divertido salir a cazar dulces con mis hijos. Claro, pero si pienso en mis años recién llegada al país y en cuando mi hijo aspie era chiquito, Halloween tenía otros matices y la velada merecía mucha atención si no quería tener mi propia noche de terror en casa.

 

Pues pensando en eso y dado que Halloween está a la vuelta de la esquina, revisé varios artículos en inglés para sacar ideas, consejos y experiencias de padres de chicos autistas en USA, que pueden servirnos de aporte para anticipar y preparar a nuestros niños sobre la celebración y de esta manera intentar tener una velada familiar más armónica y divertida para todos.

¿Porqué Halloween es difícil para niños autistas?

La razón fundamental es sensorial: luces, ruidos altos, la textura de los disfraces, el miedo a los disfraces de otros niños, son alguno de esos temas. Si a eso le agregamos la socialización y el cambio de rutinas ahora podemos identificar mejor el cóctel sensorial al que estarán expuestos nuestros chicos.

Por ejemplo, muchos autistas adultos han documentado con imágenes la forma en que ellos perciben la luz, la cual es mucho más brillante que las personas neurotípicas. La mayoría de nosotros no estamos consiente de ello. Este es un ejemplo real que muestra como sería esa diferencia:

Cerebro neurotípico

Cerebro autista

Este ejemplo de cómo apreciamos el mismo escenario autistas y neurotípicos con tan marcada diferencia también lo podemos llevar a la mayoría de sus sensaciones: olores, sabores, texturas, sonidos, etc. Esto es importante saberlo y tenerlo en cuenta para no minimizar las razones que estén detrás de la angustia que puedan estar sintiendo nuestros niños TEA esa noche.

Gran parte de la diversión de la celebración de Halloween es la decoración. Muchas casas se decoran con luces brillantes, multicolores y titilantes. Para muchos niños autistas esas luces son incomodas pero para otros pueden llegar a ser casi dolorosas. Si a eso le sumamos que cuando las personas autistas están ansiosas por algún cambio de rutina que los hace sentirse fuera de su zona de confort, su sensibilidad sensorial suele multiplicarse, imagínense lo que debe ser una caminata nocturna con gente disfrazada de temibles monstruos por calles y casas especialmente iluminadas y decoradas para la ocasión.

El ruido también es un gran factor a tomar en cuenta si salimos con nuestros niños autistas a pedir dulces. Parte de la diversión de Halloween para la mayoría de los que salen es jugar a asustar y crear miedo, eso incluye toda clase de ruidos que asustan y gritos de distintos decibeles. También hay vecinos que realmente se toman en serio la decoración y además de las telarañas, calaveras, calabazas y luces, deciden musicalizar el ambiente fantasmal. Todos estos sonidos alusivos a la noche de brujas suelen realmente asustar a nuestros niños.

Otro detalle a tomar en cuenta es que los niños y niñas TEA suelen ser muy apegado a sus rutinas y reglas, también suelen ser muy literales. Pero resulta que en la noche de Halloween nosotros cambiamos todas las reglas de juego: la fiesta empieza a la hora en la que deberían estar acostándose, también rompemos ciertas normas fundamentales que todo padre se esfuerza en enseñale a su hijo desde temprana edad: “no debes hablar con extraños ni aceptar dulces de nadie”. Y como es una regla, las reglas para ellos están talladas en piedra porque les dan seguridad. Romperlas les crea una sensación de vulnerabilidad muy antipática.

Por último, ¡necesitamos poner atención en el disfraz! muchos niños y adultos autistas sufren terriblemente con la textura de las telas de la ropa, la describen como algo realmente intolerable. Por eso cuando descubren una tela que les gusta podrían ponerse la misma pieza de ropa eternamente. Los disfraces siempre están hechos con telas ásperas, duras, poco flexibles o muy flexible, por nombrar solo algunas de las razones sensoriales por la cual un niño o niña TEA podría negarse a no ponerse el Ironman que tanto parecía gustarle.

¿Cómo logramos hacer de Halloween una experiencia amable para nuestros hijos?

 

Si bien es cierto que es una noche complicada para nuestra comunidad TEA, hay varias cosas que puedes aplicar para anticipar y preparar a tu hijo o hija y así poder ayudarlos a entender el evento y, porque no, también enseñar a tus vecinos a ser un poco más inclusivos. 

1. Lo primero es bajar nuestras expectativas con la salida. Si nuestros hijos no se pusieron el disfraz que tanto dinero nos costo, si no quieren salir, si hacen un show en la mitad de la calle, todo esta bien, todo tiene solución. Prepárate mentalmente para salir y pedir dulces en un par de casas nada más, si ves que va bien sigue, es probable que logres recorrer 5 casas, o quizás que logres andar toda una cuadra o la ruta entera! Cualquier distancia está bien. Si no quiso participar mucho, el próximo año lo hará mejor porque ya conoce la dinámica. 

2. Ten un stock de dulces que le gusten. En caso de que no reciba lo que está esperando siempre tendrás esa carta bajo la manga para resolver.

3. Utiliza reforzamiento visual para anticiparle la ruta que van a tomar y procura asegurarle que cuando él o ella no quieran jugar más tú estarás bien con volver a casa.

4. Lleva contigo un kit de contingencia TEA para intentar que la experiencia sea menos tenebrosa, es decir: audífonos que ayuden a aplacar el sonido, si no le gusta la oscuridad lleva contigo una linterna. Si le tiene miedo a los perros intenta cruzar la calle en las casas donde sabes que hay perros. En fin, tú conoces a tu hijo mejor que nadie, piensa en que tipo de situaciones podrían desbordarlo e intenta anticiparte para atajar a tu hijo antes de que colapse.

5. Y por último, has en tu casa algo alusivo a Halloween por si deciden a última hora no salir aunque igual tenga ganas de participar. Le puedes dar la tarea de repartir dulces o estar en casa haciendo juegos que él o ella disfruten. Si notas que simplemente no quiere participar, no lo fuerces y hazlo sentir que no pasa nada por no querer participar.

Ojalá estos consejos los ayuden a disfrutar esta entretenida fiesta en familia. ¡Feliz Halloween!